Fueron sus manos las que cargaron
Aquella cruz hasta el calvario
Toda su sangre allí derramada
Por ti, por mí, el dolor fue
necesario
Fueron sus manos las que cargaron
Aquella cruz, hasta el calvario
Y toda su sangre allí derramada
Por ti, por mí, el dolor fue
necesario
Comienza la historia
Según mi memoria
En el principio el mundo estaba
vacío
Y desordenado
Fue hecha por la palabra de Dios
Pero la obra macabra de Satanás
Casi lo destruyó
Es ahí donde comienza la labor de
sus manos
Cuando Dios dijo hagamos del polvo
un ser humano
Pasaría el tiempo para que las
pudiéramos ver
Las manitas del verbo
encarnado
Llamado Emanuel, llamado Emanuel
Quién lo diría, desde pequeño
Herodes en matarlo puso su empeño
Pero no pudo
Matanza como en aquella en el mundo
no hubo
La maldad no pudo proceder
Y el niño y su fama comenzaron a
crecer
El oficio de su padre aprendería
Nada más y nada menos que el de la
carpintería
Es por eso que el único Dios
verdadero en la tierra
Fue conocido como el hijo del
carpintero
Fueron sus manos las que
alimentaron al hambriento
Cuando multiplicaron los panes y
los peces en aquel tiempo
Al mundo que había perdido el
gozo
Se atrevieron a sanar hasta al que
llamaban... leproso
Aquella mujer pecadora le tuvieron
consuelo
Mientras los que le acusaban
soltaban sus piedras al suelo
Sus manos, sus manos los pies de
los discípulos lavaron
Aunque uno de ellos por treinta
monedas de aquellas manos
Traicionaron
Sus manos antes de cargar la
cruz a muchos ciegos dieron luz
Partieron el pan antes de ser
entregadas
Y en una cruz fueron clavadas
Sintieron el dolor
Y el dolor fue tan grande
Que derramaron por ti y por mí
hasta su última gota de sangre
Todos sabemos que resucitó
Que su labor de alfarero en la
tumba no se quedó
Sino pregúntale a Pedro que tres
veces lo negó
Y con amor lo perdonó y con sus
manos lo abrazó
En ellas quedó la señal la
evidencia que Él no puso resistencia
Para perpetuar nuestra existencia
Entonces te pregunto serás Tú como
Tomas
Que para creer necesitas tocar las
heridas de sus manos y sus pies
O aceptarás hoy el reto de los que
no viven por vista sino por fe
Y se entregan... en las manos de
Jesús de Nazaret
Jesús de Nazaret
Fueron sus manos las que
cargaron
Aquella cruz hasta el calvario
Toda su sangre allí derramada
Por ti, por mí, el dolor fue
necesario
Fueron sus manos las que cargaron
Aquella cruz, hasta el calvario
Y toda su sangre allí derramada
Por ti, por mí, el dolor fue
necesario
El dolor fue necesario
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